¿Qué tal? ^^

domingo, 29 de agosto de 2010

Más de 1000 visitas!!!


¡Gauuu! ¡Más de mil visitas al Alféizar! (Se escucha un gran estruendo de aplausos, ovaciones y silbidos). ¡Gracias! ¡Gracias! *Ayrel hace reverencias, emocionada*

¡No sé qué decir! ¡No me lo merezco! ¡Sé que soy genial, pero no tanto! ¡Mil visitas! ¡Joroba! *Ayrel se pone a pegar saltitos, poniendo los dedos índice y corazón en forma de uve*


Ahora, en serio. GRACIAS. Gracias por estar ahí, por pasaros de vez en cuando a verme al alféizar. Gracias por vuestros comentarios, que me hacen sonreír, que me gusta verlos cada vez que paso por, mi, no; nuestro alféizar. Porque, sin vosotros, no habría Alféizar, ni tardes lluviosas de otoño ni ganas de escribir.


Gracias por reír mis gracias y llorar mis momentos tristes. Gracias por dedicarme un segundo de vuestras vidas, que seguro que serán más atareadas que las mías, y por eso, el esfuerzo de pasaros por aquí debe ser infinitamente más grande.


Gracias por leerme, aunque a veces mis escritos sean aburridos o insoportables, aunque no opine igual que vosotros, aunque me equivoque miles de veces, gracias por dar una y otra y otra oportunidad.


Gracias por estar ahí, por confiar en mí y en mis letras.


Gracias por ser vosotros.


Gracias.

jueves, 19 de agosto de 2010

Decálogo del buen Amo...

Ya he hablado de mi perrita, Cleo. Una mezcla de pastor belga y pastor alemán, llena de pelo largo y mil kilos de cariño. De su hocico, últimamente más canoso, cuelga una divertida lengua rosada, redeada de dientes y colmillos que jamás utiliza. A veces, echa hacia atrás las comisuras de sus estrechos labios, imitando a la sonrisa del gato Chesire y jadea. Sé que está contenta. Otras veces, al volver a casa de dar un paseo, la suelto en el último tramo y echamos una carrera hasta casa. Entonces, se estira, echa las orejas para atrás y, a pesar de tener ya diez años, corre como hace tanto tiempo, y me cuesta seguirla. Siempre me gana.



Se tumba en el salón, al lado del sofá, disfrutando de nuestra compañía. Ya puede estar muy dormida, que cada vez que la llames ("¡Cleo!"), ella alza las orejas, sobre todo si es después de comer, pues las probabilidades de que caiga algo en su plato de comida se acrecientan.



Después de hacer la siesta, se levanta y se estira, antes de sacudirse entera y acercarse de nuevo a nosotros, exigiendo su ración de cariño y juego, armada de su enorme hamburguesa de plástico. Cogemos la hamburguesa, llena de babas, casi con aprensión. Pero no importa. El brillo pícaro de los ojos de Cleo nos reta a intentar robársela. Si tengo suerte, es posible que le coja la hamburguesa, y tengamos que tirar del juguete hasta que alguna de las dos lo suelte. Si no, me tocará levantarme del sofá y correr tras ella. Cleo comienza a dar vueltas sin parar alrededor de la mesa del salón, o del comedor, o enderredor del sofá. Poco importa. Lo único importante es hacerme caer rendida sobre alguna silla agotada y mareada, para luego acercarse de nuevo, burlona, riéndose de mí con la mirada. Entonces, parece que se apiada, y me deja a los pies la hamburguesa. Me está volviendo a retar, pero esta vez no caigo. Simplemente le acaricio la cabeza.


Aún recuerdo con cariño aquel día en que llegó mi padre con un gorrioncillo entre sus dedos. Había sacado a Cleo por el descampado. Ésta llegaba trotando y feliz, orgullosa y soberbia, mostrando al mundo su manto azabache, que brillaba con luz propia. La razón: el pajarillo que traía mi padre.

"No te lo vas a creer, Ayrel", me decía, "pero Cleo ha salvado al pobre pajarillo". Efectivamente, había captado su olor, y había ido husmeando por el suelo hasta que dio con el pobre animalito. Entonces, comenzó a ladrar, llamando a mi padre. Supongo que diría algo así como "¡amito, amito, he encontrado un pajarito!, es pequeño y se ha caído del nido". Cleo es una heroína.


Cleo no es muy lista, ni muy juguetona, ni tan siquiera es muy cariñosa. A veces, es desobediente, un poco pesada y cobarde. ¿Qué clase de perro le tiene pánico a la olla exprés? Pero, ¿sabéis?, es Cleo. Yo no necesito más. Me conformo con que me haga correr detrás de ella, con que se acuerde de mí cuando se sienta asustada, y quiera meterse bajo mi escritorio; me siento bien cuando me saluda alegremente por las mañanas, moviendo el rabo y metiéndose entre las piernas, hasta hacerme perder el equilibrio.


Por eso, por mi corta pero gran experiencia, por la admiración y cariño que profeso por los perros, creo que puedo decir que todo amo no debe ser un amo, sino un amigo, un padre, un hermano:

~Enseñarle disciplina para convivir con otros humanos, perros y demás animales, como lo haría un padre.

~darle lo que necesita cuando sea necesario, sin preguntarse nada más, sacarlo a pasear, darle el pienso pertinente y llevarlo al veterinario cada vez que se requiera.

~Protegerle de sus miedos, y enseñarle a superarlos, para poder vivir tranquilamente, como lo haría un hermano.

~Compartir sus momentos de alegría y de tristeza, con un gran abrazo y caricias, acompañadas de palabras bonitasy tranquilizadoras, decirle que todo va a salir bien, como lo hace un amigo.

~ Sentarte a su lado, simplemente, y contemplarlo dormir, posar tu mano en su costado para notar su respiración, y darte cuenta de lo valiosos que son esos momentos.

~No exigirle más de lo que pueda ofrecer, pues no todos los perros hacen cabriolas ni se tiran a la cara para lamerte y demostrarte su afecto, sino confórmate con lo que te da, que seguro, será todo lo que hay en él.

~ Aprende a acariciarle, lo que cada gesto implica, lo que cada ladrido quiere decir, escucharle, con la mirada, con el corazón, intentando llevar tu empatía a su máxima expresión.

~Cómprale juguetes, pero no de los más caros, pues no hace falta, sólo los que más le gustan, los que sabes que adorará y con los que compartirá momentos de júbilo y ocio; busca juguetes que convengan a cada etapa de su vida, porque, por desgracia, y como todos, los perros crecen, y lo que hoy parece volverle loco, quizás mañana no tanto.

~No darle comida que le pueda perjudicarle, cuidar de que tenga una vida saludable. Cada dueño tiene sus truquitos, ya que cada perro prefiere algo distinto. Jugar con los sabores que le encantan en una gran ayuda, y la fruta es muy buena para pasar el calor del verano. A Cleo le enloquece la manzana y todas las noches le tenemos que dar una.

~Y, en definitiva, en resumen y como conclusió. Para ser un buen amo, ámale, conócele, entiéndele, mímale, paséale, juega con él, escúchale, siéntate a su lado, dale golosinas sanas y sé su gran amigo.


Así, serás un gran amo.




viernes, 6 de agosto de 2010

Desvaríos bajo el ventilador (lo que hace el calor...!)

¿Y si el mundo fuera una castaña? Entonces, las espinas serían las montañas...



¿Y si el mundo fuera una pelota de fútbol? Entonces, los continentes serían los pentágonos negros...


¿Y si fuera agua? No lo "fuería", porque ya lo es.



¿Y si el mundo fuera un libro? Entonces, sería La Historia Interminable...



¿Y si fuera un sueño? Entonces, no despertaríamos jamás...



¿Y si el mundo fuese una rosa? Entonces, los mares serían las gotas de rocío que ruedan sobre ella.



¿Y si el mundo fuera un perro? Entonces, estaría lleno de ternura y lealtad.



¿Y si el mundo fuera triste? Entonces, encontraríamos la manera de cambiarlo.



¿Y si el mundo fuera música? Entonces, tú serías negra, yo blanca, y ellos dos, formarían una corchea.



¿Y si el mundo fuera silencio? Entonces, sería el silencio más sereno.



¿Y si el mundo no fuera nada? Entonces, nosotros lo llenaríamos con nuestro todo.



¿Y si el mundo fuese aire? Entonces, alzaría los brazos y volaría.



¿Y si el mundo fuera un niño? Ya lo fue; creció, y ahora es un hombre.



¿Y si el mundo fuera un sombrero? Entonces, "ponerse el mundo por montera" no sería una frase hecha.



¿Y si el mundo fuera una madre? Entonces, no habría guerras porque todos seríamos verdaderos hermanos.



¿Y si el mundo fuese poesía? Entonces, cada ser escribiría un verso, y así, jamás terminaría.





Pero, ¿sabes?, el mundo es una castaña, una pelota, agua, un libro, un sueño, una rosa, un perro. Es triste, pero lo podemos cambiar. Es silencio, pero a veces, el silencio es la música más maravillosa que nuestros oídos hayan escuchado nunca. A veces puede ser nada, pero siempre, lo llenaremos con nuestros todo, con nuestro optimismo y nuestra alma. El mundo es aire, que nos llena los pulmones. El mundo fue niño, y creció como nosotros, de nuestra mano. "Ponerse el mundo por montera" no es una frase hecha. Es la realidad de los que creen en sí mismos. Todos somos hermanos, pero los hermanos, se pelean. Cada persona escribe su propio verso en la obra de la Historia.



Todo esto, y más, es el Mundo.