¿Qué tal? ^^

jueves, 11 de febrero de 2010

Enemigo Público Nº1!! ~~

Vengo a hablaros del mayor temor de la especie humana del siglo XXi. ¿Jack el Destripador? ¡No! ¿Al-Qaeda? ¡No! ¿El hombre del saco y el Coco juntos? ¡No! (Aunque, sí que dan miedo, sí...)



Este terrorista en potencia tiene una altura que varía de los 30 cm a los 5 cm, y un grosor que va de un dedo a los cuatro juntos; su forma es rectángular, y puede ir armado... ¡con encuadernación rústica!



¡Son los libros!



Sí, esas cosa llena de letras y páginas... ¡Me estremezco sólo de pensarlo!



Esto es lo que piensa hoy en día el ochenta por ciento de las personas que conozco (que no son pocas...)



Realmente, tienen verdadero pavor a los libros, y en el mejor de los casos, los rechazan y se burlan de ellos.



Pero tienen mucha razón. ¿Para qué leer si puedes ver las películas cutres que te destrozan las tramas más exquisitas de los libros que tú, persona intelignete, leíste en tu infancia? ¿Para qué leer, si puedes ver por la tele cosas más interesantes, como Física o Química, serie donde sólo salen tacos, sexo y drogas -verídico-? ¿Para qué leer si puedes tener más de treinta faltas de ortografías en un examen, que nadie va a contabilizar? ¿Para qué leer, en fin, si toooodo el mundo tiene alergia al mundo de la literatura?



Es curioso como la gente que alude al "amor verdadero", a la "belleza de la amistad", a la "esperanza de una vida llena de aventuras", no son capaces de leer a Shakespeare (cumbre, para mi gusto, de la obra romántica), "Vicky sigue conmigo" (vale, es un libro poco conocido, pero del tema de la amistad, voy verde >.<) o "Tom Sawyer"...



¿No es hipócrita? No hace falta leer para conocer estos conceptos, pero sí para entenderlos, para sentirlos, para creer realmente en ellos.



Pero, la culpa es nuestra, de nuestra cultura. Y aludo de nuevo a Física o Química (que realmente fue el aliciente de hacer esta entrada). Se ve a una de las protagonistas leyendo "Crimen y Castigo". ¡Diooos! ¡'No podía ser! ¡Estaba leyendo! ¡Y un libro de literatura clásica! ¡Tenía que haber un error!



Pero no os asustéis, queridos lectores, que los guionistas saben enmendar sus equivocaciones, porque pronto viene otra "supermegahiper enrrolladísima de la muerte, o sea" y le dice lo de siempre:



*Cara de asco*



-Jo, tía, ¿qué lees? -contestación de la prota que parece inteligente, a lo que la hiper enrroladísima de la muerte contesta: -Tiene que ser un muermazo total, pareces una empollona...



¿Que parece una empollona? ¡Ole sus hue... narices! ¿Qué significa empollona? ¿Sacar buenas notas, ir a la Universidad, convertirte en médico y ganar pasta hasta morir ahogado con los billetes? ¡Joder, yo también quiero ser empollona!



Pero, no sólo eso, sino que encima, la tía que parecía inteligente, demuestra que no lo es, porque se intenta lanzar el pegote de decirle de qué va el libro. Dos problemas:



1) La muy idiota se lía con la sinopsis: pasa del argumento principal y le cuenta un pasaje del libro.



2) ¡Me destripa el libro en la cara! ¡Hija de tu madre! T.T



¿Quién narices es el guionista, que le coloco una bomba? ¬¬



También se puede ver en las propias librerías O_O.



Mi librería favorita se está vendiendo, y ahopra también venden DVDs. Vale, DVDs culturales, y eso me tranquiliza... ¡Pero todo llegará! Y les veré vendiendo películas basadas en libro U.U.



O en el supermercado de mi ciudad, que su sección de librería se ha ido degradando...



1º Etapa) Sección con cinco estanterías, llenas hasta arriba de libros: mi paraíso personal.



2ª Etapa) Sección con tres estanterías, más o menos llenas, con libros bastante destrozados.



3ª Etapa) Cajón de sastre, con libros hechos polvo, y muchos de ellos, ni siquiera son españlo. Me apuesto el brazo a que son de segunda mano ¬¬.



Y así, me encuentro con gente, que cuando me ve leyendo tiene el repentino impulso de molestarme:



Fase 1: Cerrarme el libro, haciéndose los interesantes para ver cuál es el título. ¿Quieres saberlo? ¡PREGÚNTAMELO! Creedme que molestáis menos.



Fase 2: Pregunta gilipollesca: "¿Por qué te gusta tanto leer? Eres rara". ¿Y yo qué contesto, eh? Porque no puedo contestarle a la cara que es porque soy más inteligente y culta que ella...



Fase 3: Burlas ridículas. "Eres una empollona" "¡No sé cómo te puede gustar".



Fase 4 y el colmo: Coemnzar a apartarme el libro de los ojos.



¿Acaso les apago yo la tele cuando están viendo sus telenovelas basura? ¡No! ¿Acaso les apago la música cuando tengo que aguantar las letras machistas de "cantantes" de Reggaeton? ¡No! ¿Y por qué me tienen que molestar a mí cuando leo, y desarrollo mis gustos?



Dicen los de la SGAE: ¡La música es cultura!



Digo yo: ¡La literatura es cultura, la literatura es vida, la literatura es entrenimineto, la literatura es trabajo, la literatura es el patrimonio de la humanidad más importante, la literatura es el saber, la LITERATURA ES EL SER HUMANO!



Si dejamos de leer, nos perderemos a nosotros mismos. Si dejamos de leer, todo se perderá para siempre.







Física o Química terminará dentro de cinco años. La Biblia de Gutenberg aún se puede leer.


viernes, 5 de febrero de 2010

Feliz, consumista y relamido San Valentín

Se acerca San Valentín. En el instituto ya se está terminando la campaña de las Rosas de San Valentín, los colores pastel y los corazoncitos campan a sus anchas en las calles como el virus de la gripe al inicio del curso.


La gente no hace más que planes para "el esperadísimo, majestuoso, estupendísimo" San Valentín.


Perdonad si me pongo un poco pesimista.


Pero San Valentín, para ese minoritario grupo de adolescentes solteros y orgullosos de serlo, suele ser la mayor tortura del año. Muchos de nosotros preferimos un examen, una consulta al médico, ¡ir al dentista! con tal de no ver cómo tus superficiales compañeras reciben una, dos, tres, tropecientas rosas, sólo por venir al insittuto con la raya en los ojos, ir a la discoteca y ganar el premio a la cabeza más hueca de la historia de la humanidad. Mientras nosotros, los solteros con personalidad propia, preferimos leer un buen libro que irse a hacer morritos y darnos regalos caros que al año siguiente quemaremos, porque una de cada dos parejas rompen después de San Valentín. Entonces, el Rolex que le regalaste a tu "mqaravilloso" novio, acaba en una casa de empeño. Es decir, le has regalado a tu ex-novio más de cien euros. ¿No te arrepientes de haber celebrado San Valentín?



Luego, por supuesto, está esa otra minoría de enamorados inteligentes que opinan que San Valentín es todos los días. ¡Touché! ¡Así, sí, señores! Eso sí, espero que los san valentines sean un poquito más baratos que los que se celebran una vez al año. xD Aunque, en mi opinión, el mejor regalo es un abrazo, un beso y una frase que te derrita por dentro. Y, para eso, sin duda, el maestro era Shakespeare. ¿Por qué no he podido nacer en 1600? >.<


Mientras tanto, tengo que sucumbir a la estúpida esperanza de que en San Valentín ocurrirá algo que me transformará de "soltera orgullosa y torturada" a "enamorada inteligente"... Y toooodos los años ocurre lo mismo: decepción pura y dura.


Este año, por suerte, no ocurrirá lo mismo (o eso espero). La razón: el único chico que me gusta no está en mi instituto, así que, aunque quisiese, no podría enviarme una rosa. Así que, este año creo poder soportar ver cómo mis descerebradas y superficiales compañeras llegan a casa con un jardín entre las manos.


Y es que, San Valentín es un asco.


Frases para el Amor


El Amor no es que sea ciego, el amor es que tiene mala leche ¬¬


El Amor es como el jarabe para los tos: en exceso, es empalagoso y te puede costar una visita el médico


Los amores épicos son los que hacen más daño. Confórmate con un novio rico


El Amor más verdadero no es el mutuo: es el que tú sientes por el dinero


Cupido, al contrario de lo que muchos piensan, era un dios maligno


El Amor te deja en pañales, por eso, Cupido lleva Dodotis


El Amor sale por la ventana en el momento en que la verdad, la sensatez, la inteligencia y el sentido común entra por la puerta


Solución ante los altos números de divorcio: no casarse