¿Qué tal? ^^

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Miedo

¿Sabes lo que es el miedo? Tiene muchas caras, muchas maneras de sobrevivir a las personas, a las vidas, a las mentes, a los espíritus. Se puede encontrar en la cara de los niños, de los ancianos, de las mujeres, de los hombres. Y siempre te produce la misma sensación de desasosiego. Parece que la sangre deja de correr por tus venas durante unos instantes que se hacen eternos. Te falta el aliento. El corazón se niega a funcionar, se encoge sobre sí mismo y se acurruca en algún rincón entre tus pulmones. La sangre cae desde tus mejillas a tus manos, a tus pies, y no consigue regresar a donde debería estar.

Dejas de pensar, de mirar, de entender. Solo sientes el instinto de supervivencia, o tu sexto sentido, o como rayos quieras llamarlo. En todos los casos, te dicen lo mismo: corre. Corre y no dejes de correr.

Tus pupilas se dilatan y, de repente, y sin entender muy bien cómo, ves con meridiana claridad que estás perdido. Entonces, intentas negarlo. Intentas mirar a tu alrededor y buscar una señal, una sugerencia, una mano amiga tendida a ti, una sonrisa cálida o una mirada tranquilizadora. Pero nada. Estas solo. Totalmente solo. En la oscuridad de tu miedo, que te envuelve como una negra anaconda, y puedes ver en su mirada irisada la muerte letal.

Deseas que todo sea una pesadilla, un mal sueño, un mal golpe que la fortuna te da, con su extraño y siniestro humor negro.

Pero, por mucho que lo desees, sigues ahí, muerto de pánico. Y, por fin, tu mente reacciona y tus piernas también. Pones en marcha todos tus músculos. Consigues convencer a tu corazón para que haga un esfuerzo... y otro... y un último esfuerzo más... Huyes y huyes, y jamás sabrás por qué. Solo sabes que si no lo haces, si aquello te teme te atrapa, será el fin.

Pero no sirve de nada correr. Sin una razón aparente, parece que tus piernas están agarrotadas, que no se mueven como deberían. El tiempo transcurre como el goeto de un grifo en la soledad de un caserón. Plot... Plot... Plot... Y suenan tus pasos tan pausados... tan alejados... Todo a tu alrededor se asemeja a un extraño cuadro, borrado por el paso del tiempo, gritesco como el Retrato de Van Gogh o Los Desastres de la Guerra donde Goya exponía sus más angustiosos temores.

El tiempo se detiene. Y tus piernas dejan de responderte. Te desplomas al suelo... Tu miedo te rodea con sus tentáculos...

Y mueres.


Para despertar de nuevo, empapado en sudor y gritos, en tu cálida cama, tras una horrible pesadilla... o no.